Quería parar de sufrir
Desde muy chiquita fui una fanática del movimiento. Fui una niña muy activa que adoraba las clases de danza clásica y los deportes en la escuela. El alto rendimiento durante la universidad (donde estudié danza y coreografía) terminó afectando mi columna, y quedé inhabilitada por varios meses a seguir bailando. Los médicos me dijeron que con una hernia iba a ser difícil que pudiera continuar con mi profesión.
Cómo podía ser que, siendo tan joven, me viera imposibilitada de seguir bailando? El sólo hecho de inclinarme para lavarme los dientes era un suplicio!
Gracias a mis profesores y compañeros de la facultad, me fui acercando a distintas terapias alternativas que fueron aliviando mi dolor, y generé un interés hacia las metodologías que ponían el foco en el movimiento consciente, el autocuidado y la autopercepción. A mis 22 años empecé a trabajar en un centro de pilates y el enfoque siempre fue terapéutico, respetando la alineación corporal, poniendo atención en la respiración. Y mis deseos de seguir progresando se debieron al feedback de mis alumnos que encontraban mejorías inmediatas al trabajar en mis clases.
¡MIS DOLORES VOLVIERON UNA VEZ MÁS, OH NO! Al dar a luz a mi primera hija, volvieron mis dolores de columna y eso aumentó mis migrañas. Y no sólo sentir dolor, sino vivir la incomodidad de haber perdido fuerza y sostén abdominal. Tener pérdidas de pis al estornudar, bailar o saltar a mis 25 años, no era justo!
Le dije adiós a las pérdidas de pis y Le di libertad a mi cuerpo
Volver a reconocer mi cuerpo, a entender la importancia de cuidar nuestra musculatura perineal, me devolvió el disfrute sexual que había perdido tras los partos. A medida que pasaban los años, me sentía cada vez más segura del camino que había elegido, de ver al cuerpo como una casa a la que había que construirle cimientos fuertes y cuidarla con detalles que día a día me generen una sensación de libertad, confianza y plenitud.
Aprende a encontrar tu libertad física y emocional!
El masaje californiano vino a quedarse en mi vida porque me conecta constantemente con mis sensaciones, y la atención plena que requiere cada sesión se convierte en una meditación activa imprescindible para seguir explorando nuestras emociones y sensibilidades corporales. Todos podemos darnos siempre una oportunidad para liberarnos de nuestro pasado y de los bloqueos presentes que nos dificultan vivir plenamente.
ABANDONÉ LA SENSACIÓN DE RIGIDEZ EN MI MENTE Y EN MI CUERPO
Pasan los años, y cuando me veo hacia atrás, comprendo que todo puede ser más sencillo y menos complicado, a medida que vas conociéndote. Cuando entré al mundo del masaje californiano, tomé consciencia de lo imprescindible que es sentir! Por qué le damos más valor a nuestros pensamientos y a nuestra imagen física que a nuestros sentimientos? Liberando mi cuerpo de tensiones, me acerqué a una vida más presente y fluida. Y cuando nuestra marea interna encuentra un ritmo armónico, nuestros vínculos también se transforman en una danza!rnos y a dejar atrás todo lo que nos está pesando.
Todos podemos aprender herramientas para sanarnos
A través de la escucha, la calidad y calidez de mi trabajo, busco en cada sesión encontrar una nueva forma de habitar nuestro cuerpo, más disponible, más libre, más sensible, y a la vez, más enérgico. Creo que nunca es tarde para volver a tomar las riendas de nuestra vida. Podemos siempre animarnos a empoderarnos y a dejar atrás todo lo que nos está pesando.